jueves, 17 de julio de 2008

AYACUCHO ¿CONTINUA EL TERROR?


Los que vivimos en Ayacucho en los años 80' seguro que coincidimos que esta década estuvo plagada de terror y destrucción, donde algunos o muchos perdimos algún familiar por aquel pensamiento equivocado que tanto daño hizo. Me atrevería a decir que fueron los peores años que le tocó vivir a Ayacucho; salvo para los que pasamos la base 4 que a pesar de todo fueron nuestra maravillosa etapa de la adolescencia, donde a pesar de todo cultivamos esa palabra mágica llamada "amistad", que sin duda junto al amor de nuestros padres fueron la fortaleza que nos permitió seguir adelante.
Sin duda muchos continuamos viviendo en Ayacucho y vimos como poco a poco se iba transformando, viviendo nuevos terrores u "horrores", so pretexto de rezagos de la violencia; tal vez es cierto, pero más que eso me parece que es producto de la globalización mal manejada, mal informada y orientada a crear otro tipo de violencia mucho más difícil de combatir, porque no sólo se trata de un pensamiento equivocado, sino que también incluye actitudes equivocadas no solo de los niños, adolescentes reunidos en las llamados "pandillas" dizque para escapar de la sociedad, también son las actitudes de los padres, de la misma sociedad, que empezó a copiar un "modos vivendis" de otras sociedades sólo para ser aceptados... ironias de la vida? dió resultado porque la prensa les dió el lugar que buscaban, el miedo se apoderó de todos y empezaron a surgir los nuevos "líderes", "jefes de pandillas" que tomaron la sociedad y ahora nos deja sin aliento; todos nos preguntamos que estamos haciendo para detener esto?... la respuesta es simple: ¡¡nada!!. Y es que no debemos darle cartelera a estos mal llamados "líderes", al contrario algunos hasta son dirigentes comunales, porque dizque ya tomaron conciencia; pero por miedo nadie dice nada... y continua el círculo vicioso.
Por lo pronto solo pretendo hacer una pequeña reflexión, quizás esté equivocado, pero esa es mi percepción, porque lo que deseo es que mi tierra tenga la paz que se merece.